HOMILIA DEL 4 DE JULIO DEL 2022

 

Queridas compañeras y compañeros en la vocación de ser maestros.

En la primera lectura hemos oído como Dios sedujo a su pueblo para que le haga caso aun cuando le fue infiel. Le renovara la confianza con justicia y derecho, con amor y misericordia y renovara su fidelidad a ella.

De esa misma manera considero que Dios nos sedujo para ser maestros, por ejemplo: Como cuando no sabíamos que hacer en nuestras vidas y nos encontramos la oportunidad de estudiar para ser profesores. Considero que no es una casualidad, es una acción de Dios en nuestras vidas. O cuando por ejemplo tuvimos que pelearnos con Papa o Mamá porque nosotros creíamos que podíamos ser maestros, pero nuestros padres veían unas mejores oportunidades para nosotros. Eso no es casualidad es un camino que Dios tenía preparado.

Nosotros los maestros creyentes entendemos que el ser maestro es una vocación, una elección de Dios para que seamos felices. Y en esa vocación nos desarrollamos y desarrollamos lo mejor de nosotros mismos.

En el Evangelio me llama la actitud de esa pobre mujer pero que tenia una gran fe. Pensaba que con solo tocarle el manto se curaría. Los maestros debemos ser personas de fe, debemos de poner toda nuestra confianza en aquel que nos llamo a esta vocación, a este servicio. Cuando Dios llama a un servicio da ese don que la persona requiere para ese servicio. Lo que tu tienes y lo que tu compartes con tus estudiantes es un don que Dios te ha brindado. ¿De dónde sacas esa paciencia? ¿De dónde sacas ese amor para tus estudiantes? ¿De donde sacas esa tolerancia? Todo esto en ti es regalo de Dios para que puedas hacer tu servicio. Por eso queridos compañeros no nos cansemos de pedir a Dios lo que necesitamos, quizá en cada clase que hagamos, en cada encuentro que tengamos pedir a Dios ese regalo.

Algunas de nuestras escuelas tienen la gracia de tener una capilla o hasta un templo ojalá los maestros tengamos la oportunidad de antes que pasar al colegio vayamos a presentarnos al Señor que nos dio es vocación y que le ofrezcamos nuestra actividad del día. Creo que si hacemos ello nuestro día sería mejor.

Otro detalle que he caído en cuenta en el evangelio es como Jesús frente a esta niña que estaba muerta la toma de la mano y la levanta. Cuantas veces nos has tocado hacer esto mismo con niños y niñas difíciles que a veces pensábamos que no tenían solución. Jesús es el mejor ejemplo de maestro el se acerca al que lo necesita y la toma de su mano y la levanta. Nosotros los maestros creyentes tendríamos que hacer lo mismo y lo hacemos cuando admitimos en nuestras escuelas niños con discapacidades, cuando no nos damos por vencidos con niños difíciles, cuando logramos que nuestros niños aprendan y lleguen a tener las capacidades que nos hemos propuesto cumplir.

Brindamos también esa mano como Jesús que da vida y la da en abundancia. Ojalá queridos maestros que siempre invoquemos al buen maestro Jesús y que sigamos su ejemplo para ser esos maestros que la sociedad necesita.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Bachillerato Internacional en el Claretiano de Lima?

Equipo de la calidad del Colegio Claretiano de Lima

Carisma Claretiano para educadores