Con la misión en el corazón Cuando pienso en Atalaya, miles de recuerdos se vienen a mi mente. Como una tormenta de ideas; rostros, nombres, risas se suceden interminablemente. Cada uno de estos son un pedacito de los maravillosos momentos que vivimos mis compañeros y yo en esta misión que, estoy segura, ha sido una de las mejores experiencias de nuestras vidas. Nuestra aventura comenzó mucho antes de embarcarnos en el viaje. El 12 de abril iniciamos las reuniones oficiales. Todos llenos de entusiasmo cada lunes nos reunimos a primera hora, el Padre Juan Carlos nos comunicaba todo lo que debíamos saber acerca del viaje que íbamos a emprender y también para planear con anticipación las actividades que realizaríamos antes y durante nuestra estadía. La primera actividad que realizamos fue una colecta en el colegio. Cada uno, con nuestras alcancías verdes paseábamos por el colegio pidiendo la colaboración de nuestros compañeros y profesores. Esta demás decir, que todos fueron muy generosos...